Aunque a menudo se refiera a ellos como un aparato para sordos, o un sonotone, su denominación correcta es audífono. Un audífono es un dispositivo de comunicación muy sofisticado, y de ahí que existan muchos tipos diferentes, al igual que existen muchas clases de pérdida auditiva.
No obstante, el funcionamiento de todos ellos consiste en la amplificación de sonidos para mejorar los problemas en un rango de audición concreto, y esta utilidad común implica que todos los aparatos de mejora de la audición requieren ciertos componentes.
Los audífonos constan de un micrófono, un amplificador y un altavoz (o auricular) que transmite los sonidos optimizados al oído. Con tan sólo una pila pequeña se consigue la energía necesaria. Además, los dispositivos modernos se hacen a medida para adaptarse a la forma del oído, al grado de la pérdida auditiva, además de ir acordes al estilo de vida y los hábitos del usuario.
El diseño de los aparatos puede variar, pero el beneficio general es permitirle disfrutar su vida con una mayor apreciación de los sonidos y de las conversaciones, y por tanto sumando hacia una mayor plenitud.
Los audífonos digitales pueden hacer mucho más que amplificar los sonidos: el procesador diminuto de su interior optimiza los sonidos en función a la necesidad auditiva del paciente y a su estilo de vida.