La hipoacusia puede provocar el aislamiento de las personas mayores
La pérdida auditiva vinculada al envejecimiento se denomina presbiacusia o hipoacusia. Puede producirse a partir de los 50 años y presenta en general una progresión lenta, el grado de pérdida es diferente en cada oído y varía de una persona a otra.
En cuanto a las causas, “no hay ninguna causa única conocida para la presbiacusia relacionada con la edad. Con mucha frecuencia, se debe a cambios en el oído interno a medida que se envejece. Sin embargo, los genes y ruidos fuertes pueden influir”, explica David Curto, jefe de gestión asistencial de Sanitas Mayores.
Así, entre los factores que predisponen a la hipoacusia, se encuentran los antecedentes familiares y la exposición repetitiva a ruidos fuertes pero también el tabaquismo, afecciones como la diabetes o ciertos medicamentos.
Sobre las consecuencias, la presbiacusia resta calidad de vida a las personas afectadas ya que “la audición es clave para que las personas mayores puedan desenvolverse con total autonomía, disfrutar de su entorno familiar y mantener relaciones sociales”, apunta el doctor Curto.
En este sentido, la pérdida auditiva relacionada con la edad se asocia a efectos negativos como depresión, deterioro cognitivo, alteraciones de la conducta y del sueño, disminución de la actividad social, problemas de comunicación y otras alteraciones de la memoria. Además, “en ciertas ocasiones los casos se complican porque se suman otros problemas auditivos propios del envejecimiento como los tinnitus o acúfenos, es decir, la presencia de ruidos y sonidos que se generan en el propio oído”, comenta el doctor David Curto.
Por ello, la pérdida auditiva debe evaluarse lo antes posible. Esto ayuda a minimizar su impacto, así como a descartar causas como cerumen en el oído o efectos secundarios de medicamentos. Las señales ante las que acudir al especialista son:
- Dificultad para escuchar al interlocutor cuando habla por teléfono.
- No seguir correctamente la conversación si están hablando dos o más personas al mismo tiempo.
- El ruido de fondo mitiga la voz de la persona con la que se habla.
- Oír muy bajo a otras personas o tener la impresión de que no modulan.
- No entender lo que le dicen una mujer o un niño.
- Distorsión en los sonidos.
Por último, el especialista subraya que, al estar asociada al envejecimiento, no existe cura para la presbiacusia y el tratamiento se dirige a mejorar el desempeño diario, en ocasiones con la ayuda de recursos externos como el uso de audífonos.
Fuente: Geriatricarea / audioprotesistas.org/